La Danza del Jaguar – Entre recuerdos y leyendas

Introducción

Entre recuerdos y leyendas

Este relato es un tejido de voces: la historia oral que me contaron, los ecos de mi propia experiencia y los hilos de ficción que completan lo que mi memoria ha olvidado. No es del todo verdad, pero tampoco es mentira, sino un poco de : “Las mejores historias son las que vivimos a medias y soñamos por completo”.

Aquí conviven el rumor del viento entre los cerros mixtecos y los susurros de aquellos que ya no están. Los personajes que encontrarás —el danzante-jaguar, el viejo cazador, el hijo que regresa— caminan esa delgada línea entre lo real y lo imaginado, igual que nosotros cuando recordamos.

Que esta historia te llegue como me llegó a mí: mitad relato, mitad historia antigua.

danza de los chilolos de jaguar
danza de los chilolos de jaguar

 

Parte I: El Umbral del Tiempo

El viento arrastraba polvo y memorias por las calles de Santiago Juxtlahuaca cuando él regresó. Habían pasado años—tal vez demasiados—desde que aquel pueblo lo viera partir. Ahora, entre risas ajenas y música lejana, caminaba como un extraño en su propia tierra.

El Carnaval bullía a su alrededor. Violines y jaranas animaban a la gente, pero algo más llamó su atención: un grupo de danzantes moviéndose al ritmo ancestral del teponaxtle y la flauta de carrizo. Eran los Chilolos, aunque un viejo de piel curtida por el sol murmuraba otro nombre: “Loolo Nchica’a”.

“¿La danza del jaguar?” —preguntó el joven, corrigiéndose mentalmente. Ya que no era un tigre lo que rondaba a los danzantes, sino un sujeto disfrazado del felino nativo de las americas.

El anciano, escéptico, lo observó con ojos que parecían guardar siglos.

“¿Para qué quieres saber, muchacho? “

En el compás de los tambores, en los pasos que trazaban círculos como espirales del tiempo, él sintió el llamado. Algo antiguo palpitaba allí, algo que sus venas reconocían aunque su mente lo hubiera olvidado.

“Cuénteme, abuelo. Prometo escuchar.”

El viejo bebió un trago de aguardiente, miró al jaguar que se sentó atento  a custodiar la danza, y comenzó a hablar.

Jaguar sentado - Danza de Los Chilolos
Jaguar sentado – Danza de Los Chilolos

Parte II: La Sombra del Nagual

“Hace mucho tiempo. Incluso mucho antes de que los españoles pisaran estas tierras, Yozocuyya era un reino de grandes arboles y cosechas abundantes. El cacique Iya gobernaba con sabiduría, pero su curiosidad lo llevó a abandonar su pueblo. Cuando regresó, encontró la riqueza convertida en polvo… y una maldición.”

La voz del anciano continuaba como un murmullo. El joven se inclinó, atento.

“Su nueva esposa, celosa, usó la magia del Nagual para transformarse en un jaguar. Destrozó cultivos, mató ganado… sembró el miedo. El cacique y un cazador lo persiguieron durante lunas, hasta acorralarlo en el Cerro del Gavilán. Fue una batalla entre la luz y la oscuridad.”

Calló un momento. En la plaza, los danzantes giraban, imitando aquella cacería. El jaguar de la danza—ahora inmóvil—parecía vigilarlos.

—”¿Y el cazador? ¿Lo mató?”

El viejo sonrió.

—”Sí. Pero un Nagual nunca muere del todo. Su esencia sigue aquí, en la música, en los pasos… en los que aún recuerdan.”

El joven miró sus propias manos. Tal vez él también era parte de esa historia. Tal vez su regreso no era casualidad.

“Mañana te contaré el resto”, dijo el anciano, levantándose con esfuerzo. “La danza continuará… y tú decidirás si solo miras, o si aprendes.”

El viento llevó sus palabras hacia el atardecer, donde el jaguar corría atrás de unos niños, espantando con llevarselos.

Jaguar - Danza de Los Chilolos
Jaguar – Danza de Los Chilolos

(Continuará…)

Avatar de Miguel Chavez
Scroll Up